El documental sobre Cabezas: una sacudida de conciencia
Se estrenó "El fotógrafo y el cartero". Un repaso que nos pega de frente sobre una época muy oscura de la Argentina.
Fue una época oscura de la Argentina. Cuando empezamos a tener conciencia de las mafias que vinculaban poder político, negocios con el Estado, y fortunas privadas. Fueron los años de la "Maldita Policía" bonaerense, en la que había crímenes narco, piratas del asfalto en todas las rutas, y comisarios que tenían mansiones y propiedades en Beverly Hills. La época en que asesinaron al reportero gráfico de la revista Noticias José Luis Cabezas fue la de la frivolización de la política, perfectamente resumida en las temporadas veraniegas en Pinamar o en la tapa -también de Noticias- de María Julia Alsogaray con pieles de zorro. Aquel tiempo fue el caldo de cultivo para un crimen totalmente fuera de época, descontextualizado. Fueron momentos de reclamos contra la impunidad y el olvido. Y hoy, 25 años después del asesinato más brutal que haya ocurrido en la Argentina por razones políticas y de negocios, ninguno de los que fueron condenados a "perpetua" está preso.
La plataforma Netflix estrenó la semana pasada el documental "El fotógrafo y el cartero: El crimen de José Luis Cabezas". Un trabajo documental impecable, realizado por los mismos autores de "Carmel: ¿Quién mató a María Marta?". Fue producido por Vanessa Ragone a través de su compañía Haddock Films y dirigido por Alejandro Hartmann.
El documental, que dura 1 hora y 46 minutos, es un viaje a esa Argentina de burbujas, pizza a la parrilla, y gravísimas denuncias de corrupción casi a diario. Por entonces, enero de 1997, la revista Noticias con su formato de "News Magazine" a la americana rompía récords de circulación. La dirigía Héctor D'Amico, que luego siguió su carrera en La Nación, trabajaba un equipo de periodistas enorme, y llegaron a tener la plantilla más importante de reporteros gráficos de Sudamérica. Su política editorial se basaba en las investigaciones, y en tapas con línea política y fotografías fuertes. Cabezas hizo dos de las más recordadas, la de "Maldita Policía" y la del empresario telepostal Alfredo Yabrán, denunciado como "jefe de la mafia" por Domingo Cavallo ante el Congreso de la Nación en 1995. La época política con un menemismo declinante, fue convulsiva.
A lo largo del documental, incluso para quienes vivimos y seguimos el caso desde nuestra profesión de periodistas, aparecen documentos inéditos. Testimonios que no se conocían. Imágenes de la última noche que pasó vivo José Luis Cabezas, en la fiesta de Oscar Andreani en Pinamar. Recorre cómo se quiso ensuciar el caso con pistas falsas, la terrible interna Menem-Duhalde de entonces, y la ominosa sombra de la Policía Bonaerense, sobre la que Noticias había escrito "Es un ejército de 48.000 hombres sin control. Su cúpula está vinculada al enriquecimiento ilícito y al atentado a la AMIA".
A los periodistas, el crimen de José Luis Cabezas nos conmovió hasta los huesos aquel enero de 1997, hace 25 años y cuatro meses. Recuerdo que entonces trabajaba en el Diario Río Negro, era prosecretario de redacción, y a las 09:00 de la mañana del domingo 25 de enero de 1997 un colega me llamó para avisarme "Mataron a un periodista de la revista Noticias". El director de Noticias Héctor D'Amico era amigo del editor general de entonces en el Río Negro, Rubén Chorny, y era nacido en Villa Regina. La relación era cercana. Fueron muchos meses de conmoción. Veníamos del crimen del soldado Carrasco, del triple crimen de Cipolletti, de los atentados a la AMIA y a la Embajada de Israel, del asesinato de Carlitos Menem Jr, del Caso Priebke. Pero el crimen de José Luis Cabezas, asesinado por su trabajo periodístico, nos sacudió por completo.
El documental rescata testimonios de época, sobre todo gráficos y fílmicos, recorre la historia del caso hasta las condenas. Resulta shockeante volver a ver la sonrisa socarrona del policía Gustavo Prellezo (el que le dio los dos tiros a Cabezas, antes de prender fuego el auto) durante el juicio, las condenas, los "camarazos", el trabajo de los periodistas para conseguir en 1996 la famosa foto de Alfredo Yabrán caminando con su esposa María Cristina Pérez en la playa de Pinamar.
Son muy valiosos los testimonios de Eduardo Duhalde, por entonces gobernador de Buenos Aires, del periodista Gabriel Michi, y de colegas que fueron cubriendo el caso. No quisieron hablar los familiares del empresario Alfredo Yabrán que 480 después del crimen de Cabezas se dio un escopetazo en la boca, cercado por la policía que lo estaba por detener después de varios días de búsqueda. Lo iban a indagar como autor intelectual de la ejecución del fotógrafo de Noticias.
José Luis Cabezas, en palabras de su compañero de aventuras periodísticas Gabriel Michi, le puso rostro al poder más oscuro de la Argentina y lo mataron por eso. 25 años después, ninguno de sus asesinos (Los Horneros, los policías, la custodia de Yabrán) está preso. El documental dice cuál fue el destino de cada uno, luego de un fallo vergonzoso de un tribunal de casación bonaerense que les redujo la condena.
Sin dudas, este documental sobre el crimen político más conmocionante de fines del siglo XX resulta muy útil. Para comprender aquella Argentina, y la que vino después. Y para no olvidar. También resulta muy informativo para aquellos jóvenes sub 30 que no vivieron aquellos años convulsionados.
El crimen de José Luis Cabezas marcó un quiebre político en el país. Y la declinación de un grupo político que pudo haberse quedado 20 o 30 años en el poder. Desde el punto de vista histórico fresco, que aún duele, el trabajo documental y periodístico de Vanessa Ragone y Alejandro Hartmann bien vale ser visto.
La memoria registra un paso de José Luis Cabezas por Mendoza, pocos meses antes de su asesinato. Vino a cubrir un trabajo sobre la película "Siete años en el Tibet" que se filmó en Mendoza, y que fue protagonizada por Brad Pitt. "Estuvimos en San Martín, donde se fabricaron algunas de las piezas para la película. Después volvimos juntos al diario Los Andes, donde revelamos algunas tomas para Noticias, y otras para el diario" recuerda Gerardo Gómez, uno de los reporteros gráficos de mayor experiencia en Mendoza. Meses después de aquella visita, a Cabezas lo mataron de dos tiros esposado al auto que usaba la revista, en una cava bonaerense. Luego, lo prendieron fuego. Por una foto.