"El empresario teatral" una obra que confirma que hay talento en Mendoza
Las dificultades para montar una obra, desde conseguir el teatro, hasta tratar con las estrellas, la crítica y las cuentas. Talento mendocino de pura cepa.
Hace unos días decíamos que la obra "El empresario teatral", de Gótico Teatro, volvía a pedido del público, una frase que se ha usado durante años y que hoy en día es difícil de que se entienda con tanta diversidad de medios, redes y la rapidez con que la palabra parece diluirse.
Pero esta noche de viernes, Espectáculos Mendoza pudo comprobar la veracidad del pedido. Nos encontramos con gente que había visto la obra dos veces y que si pudieran la verían tres.
¿Por qué? ¿Qué tiene el empresario teatral? Fundamentalmente voces que hacen que una piense que está en la opera. El talento de las actrices para sumar sus voces que lograron atravesar el silencio absoluto de un Teatro Independencia lleno. El humor sano, preciso, con algún guiño a uno que otro personaje mendocino. Y el vestuario, bien elegido, acorde con la escenografía, delicado, impecable.
Cristián Fionna Cassano es quien dirige esta comedia basada en la adaptación libre de Gonzalo Cuadra, sobre una obra original de Wolfgang Amadeus Mozart, que se mete entre bambalinas para parodiar los conflictos que supone el montaje de un espectáculo, con producción ejecutiva de Francisco Giordano.
Se trata de la historia de un empresario teatral y su asistente intentando darle un cambio radical a sus vidas y a sus apretadas finanzas. Para ello Vogelsang ha ideado un plan disparatado: realizar una producción operística que será un éxito de taquilla. Lo que ignoran pero pronto descubrirán el "precio" que deberán pagar: problemas y grandes dolores de cabeza. Sobre todo, dos: Anna Silberklang y Catalina Herz, ambas divas del canto y acérrimas enemigas quienes pelearán por conseguir el papel principal.
El actor Enrique Lucero, que interpreta al empresario Vogelsang tiene junto a Gastón Haüser, como el Señor Buff, la responsabilidad de llevar el hilo conductor y lo hacen con una dinámica que les permite ir desde el humor hasta el canto y la picardía.
Belén Loüet tiene una de esas voces que hacen que la piel se levante y es talento local. Interpretando a Madame Herz -por primera vez sobre un escenario esta noche- parecía que la había representado durante años.
Natalia Marquet, como Madame Silberklang, le sumó a su voz, el humor y la ductilidad para hacernos pensar que su vida no es más que un divague y como Sarah, Raquel María Delú, usa su voz para el humor, aunque todo el público sabe que podría arrasar con cualquier escenario.
La intervención de Vladimir Fiona como asistente de Madame Silberklang, en unos metros de recorrido por la sala, también dio lo que hace bien a quien va a distenderse, risas.
Fue una función especial, dijo su director. Primero porque Delú deja el elenco para radicarse en otro país. Y en segundo lugar porque Haüser perdió a su madre hace unos días y no quiso dejarnos sin su atrevido personaje de asistente.
Definitivamente la de este viernes 17 no será la última función del "Empresario teatral"; no cuando un teatro mayor de los mendocinos termina aplaudiendo de pie con la totalidad de sus lugares ocupados.
En definitiva, es una obra que hace reír y plantea una situación que hasta el día de hoy pueden vivir quienes hacen arte.