La Orquesta Filarmónica de Mendoza presenta "De Brahms a Ravel" en el Independencia
La reconocida agrupación sube al escenario con un concierto único junto al violinista Xavier Inchausti.
La Orquesta Filarmónica de Mendoza presenta este sábado 19 de agosto el espectáculo "De Brahms a Ravel", un concierto de emblemáticos clásicos y con la presencia del eximio violinista Xavier Inchausti.
"Dos icónicos compositores de la música sinfónica serán interpretados por la Orquesta Filarmónica de Mendoza en el concierto De Brahms a Ravel, previsto para este sábado 19 de agosto, a las 21", anunciaron oficialmente.
Y explicaron: "Por un lado, una de las más famosas composiciones de Johannes Brahms, como es su Concierto para violín y orquesta en Re mayor Op.77. También será parte de la exquisita propuesta musical otra composición icónica, como es La Valse, de Maurice Ravel. El concierto contará con especial presencia del eximio violinista Xavier Inchausti, siempre bajo la batuta del director titular, el maestro Pablo Herrero Pondal".
Las entradas tienen un valor de $1000 y se pueden adquirir a través del sitio EntradaWeb o en la boletería del teatro, de miércoles a domingo de 18 a 21.
Acerca del Concierto para violín y orquesta en Re mayor, Op.77, de Johannes Brahms.
Considerado el más clásico de los compositores alemanes del romanticismo, Johannes Brahms fue un compositor, pianista y director de orquesta nacido en 1833 en Hamburgo, Alemania.
Respecto del Concierto para violín y orquesta en Re mayor, Op.77, fue compuesto en Pórtschach (Austria) en 1878 y ejecutado en Leipzig (Alemania) en 1879. Consta de tres movimientos: Allegro non troppo, Adagio y Allegro giocoso, ma non troppo vivace. Se vincula su génesis a la asidua intimidad de Johannes Brahms (1833-1897) con el gran violinista Joseph Joachim, a quien habría dedicado la composición y quien fue su primer intérprete. En palabras de Joachim, es uno de los cuatro más grandes conciertos para el instrumento creados por maestros alemanes (Beethoven, Bruch, Mendelssohn, los restantes). Este es el único trabajo de Brahms para violín, en que el encanto del sonido tiene una parte preponderante y fundamental en la inspiración, naturalmente pasada por el tamiz de su típica "seriedad".
El primer movimiento está basado en dos temas fundamentales enunciados por la orquesta: el primero, sencillo y tranquilo; el segundo, rítmicamente más marcado y casi rudo. El violín entra con una cadenza y mantiene un carácter estrictamente concertante y de virtuosismo. Es quizás la más luminosa página orquestal que escribió Brahms.
En el segundo movimiento, un primer tema es expuesto únicamente por instrumentos de viento. Frase sencilla y serena que va haciéndose más intensa hasta alcanzar sus últimos acentos en la flauta. Vuelve luego la segunda parte, desarrollada libremente por la orquesta y enriquecida por las tranquilas evoluciones del violín, que va repitiendo los temas melódicos, transformándolos y aligerándolos.
El tercer movimiento es el tiempo en el cual Brahms dio más realce a la parte colorista del violín, que está tratado un poco a lo cíngaro, muy conforme con el carácter de los temas. Al final de la composición y, después de una brevísima cadena, el tema toma una nueva forma rítmica, más viva y después de una impetuosa peroración se extingue en un piano.
Acerca de La Valse, poema coreográfico para orquesta de Maurice Ravel
Joseph Maurice Ravel fue un compositor francés del siglo XX. Su obra, frecuentemente vinculada al impresionismo, muestran también un audaz estilo neoclásico. Incluso, tiene rasgos del expresionismo y es el fruto de una compleja herencia de hallazgos musicales que revolucionaron la música para piano y para orquesta.
En 1919, el crítico musical ruso y empresario del ballet Serguéi Diáguilev le comisiona la escritura de un ballet a Ravel, para ser llevado a escena por la escuela de bailarines y coreógrafos creada por Diághilev. El proyecto atrajo a Maurice Ravel: desde 1906 rondaba en su cabeza la idea de una pieza orquestada que homenajeara a la forma vals y, claramente, a Johann Strauss. A Ravel le bastó replantearse el concepto, trabajando el material de que disponía de una manera nueva. El resultado fue el poema coreográfico La Valse, que se presentó como pieza de concierto, con estreno en diciembre de 1920. Recién seis años después hizo su estreno coreográfico, en Amberes, en octubre de 1926. Colmada de ímpetu, majestuosidad, compulsión, frenesí, caos, y en medio de todo ello, algo de melancolía también, la pieza es efectivamente un vals, pero solo hasta el penúltimo compás. Con el último, un compás binario, la obra parece alcanzar el propósito para el que estaba destinada: la dislocación total. Para su autor, todo es más sencillo. Solo debiera verse en ella, dijo, lo que la música expresa: una progresión ascendente de sonoridad, a la que el escenario añade luz y movimiento.
Acerca de Xavier Inchausti
Este joven y eximio violinista nació en Bahía Blanca y dio conciertos de muy jovencito en Moscú, Taiwán, Madrid y Viena, entre otras ciudades. Sus pares lo ven como un verdadero crack y la crítica especializada lo define como uno de los violinistas más virtuosos en ejercicio. Fueron sus maestros Sergo Lazarev, Fernando Hasaj, Rafael Gintoli y Ana Chumachenco en la Escuela Superior Reina Sofía. Fue precisamente la propia reina Sofía quien lo distinguió como mejor alumno de la cátedra. Concertino de la Orquesta Sinfónica Nacional de Argentina, fue solista de orquestas tanto del país como del exterior. Distinguido como Mejor Solista Instrumental 2011/2015 por la ACMA, Primer Premio Concurso Internacional de violín Dr. Luis Sigall y Premio Konex 2019. Integra el Trío Ginastera.