"Honestidad Brutal": 25 años del disco de Calamaro

No hacía mucho que nos habíamos comprado uno de esos equipos para escuchar varios CD. Tenía espacio para tres discos. En realidad, no recuerdo si cuando se terminaba un disco comenzaba el siguiente, creo que sí, todo un avance tecnológico que nos preparaba para recibir el año 2000, ese cambio de milenio que imaginábamos galáctico. Pero lo cierto es que, en ese otoño, llegó a casa el disco "Honestidad Brutal" de Andrés Calamaro.

Dos discos, 37 canciones y un Calamaro con ganas de decir muchas cosas. "Honestidad Brutal" fue y es una de las obras más importantes de su carrera, un disco repleto, cargado de trasfondos, emociones y con todas las ganas de contarnos, en su honestidad, esta vez brutal como era ese presente, acá en Buenos Aires y en su otra  casa, la del otro lado del charco.

El disco de Calamaro, su sexto álbum como solista, marcó una época importante, y cada canción, cada letra, requería un tiempo de proceso, el cual seguramente él había pasado mientras componía las canciones. 

Nosotros, al escucharlas, debíamos aceptar sus ironías, broncas, sus excesos, desesperanzas y tal vez despechos de un artista que sufría sin dormir para sacar todos sus demonios. Un antes y después en la vida del cantante y también en los que escuchamos su música.

"No sé si estoy despierto o tengo los ojos abiertos, sé que te quiero y que me esperan más aeropuertos, me llevaste la vela y me dejaste el entierro."

"Te quiero, te llevaste la flor y me dejaste el florero"... Ay, esas rimas que por mi casa no cayeron bien apenas las escuchamos. Las criticamos hasta que se volvieron tan parte de nuestra música que las aceptamos.

Y luego vino un Andrés como siempre, cada canción la hizo única, "Los aviones", "Cuando te conocí", el homenaje justo para Diego en "Maradona": "Maradona no es una persona cualquiera, es un hombre pegado a una pelota de oro, tiene el don..."

"Paloma", como las rimas, costó entenderla y mucho más con el tiempo, cuando se convirtió casi en un himno para muchas jóvenes que la cantan, la sienten, la lloran y corean en cada concierto de Andrés.

"Honestidad Brutal" sonó en ese equipo durante mucho tiempo, en realidad, muchas horas todos los días, hasta que las vueltas del aparato se desgastaron y ya, a esas alturas, no cumplían con las características de lo moderno. Pero la obra sí, las canciones tenían mucho para decir y cada vez que sonaban se regeneraban, expresaban algo como si fuera la primera vez.

"Honestidad Brutal" fue uno de los grandes discos del rock argentino. Tiene las canciones que marcaron la historia de la música, de las que siempre se escuchan y mucho, claro que ahora con auriculares y desde un teléfono.

Abril de 1999, 25 años de un álbum que, Andrés Calamaro, creó en un momento especial de su vida. Una disco que ayudó a una catarsis, para él y para todos.

Gracias Andrés, por este disco, por la honestidad y la brutalidad de siempre.