5 datos de "El caso Asunta", la miniserie española sobre un impactante hecho real
Esta nueva ficción está entre lo más visto de Netflix.
A finales de abril, Netflix lanzó "El caso Asunta", una miniserie sobre el asesinato de la niña Asunta Basterra, uno de los casos más estremecedores de España, ocurrido en 2013.
En esta nota, 5 datos de esta ficción que está entre las más vistas de la plataforma de streaming.
1 - La historia
Asunta tenía tan solo un año cuando fue adoptada desde China por Rosario Porto y Alfonso Basterra, una abogada y un periodista que no podían tener hijos biológicos.
El 21 de septiembre de 2013, Porto y Basterra denunciaron la desaparición de la pequeña. Al cabo de unas horas, su cadáver apareció en una carretera a las afueras de Santiago de Compostela.
"La investigación policial pronto encuentra pruebas que señalan a Rosario y Alfonso como los posibles autores del crimen. La noticia estremece a la ciudad y a toda España. ¿Qué puede llevar a unos padres a acabar con la vida de su hija? ¿Qué se esconde detrás de esa imagen de familia perfecta?", narra la sinopsis oficial.
2 - El tráiler
En el adelanto compartido por la plataforma de streaming, se pueden ver dramáticas escenas de los primeros minutos de la búsqueda de Asunta, con sorprendentes actuaciones y el impactante parecido de los personajes con los verdaderos protagonistas del caso.
3 - Los personajes
La serie, creada por Ramón Campos, Gema R. Neira, Jon de la Cuesta y David Orea, cuenta con la actuación de Candela Peña, interpretando a Rosario Porto, y Tristán Ulloa en el papel de Alfonso Basterra.
El elenco se completa con Javier Gutiérrez, María León, Carlos Blanco, Raúl Arévalo, Ricardo de Barreiro e Iris Wu.
4 - La carta que envió el verdadero Alfonso Basterra al creador de la serie
En 2017, cuando Ramón Campos estrenó el documental "Lo que la verdad esconde", también sobre el caso Asunta, Alfonso Basterra le envió una carta desde la cárcel.
"Estimado señor Campos: En cartas anteriores, le he transmitido la rabia y la ira que lleva destrozándome y devorándome desde hace tres años. Rabia e ira hacia el juez instructor, hacia el fiscal, los abogados de la acusación particular, los medios de comunicación y, muy particularmente, hacia la persona que acabó con la vida de mi niña.
Pero estos sentimientos me llevarían indefectiblemente hacia la locura y la autodestrucción, y eso es algo que no puedo ni debo tolerar, porque abandonaría la esencia de mi yo, del que algo aún queda y acabaría derrotado por fuerzas ajenas a mí. De modo que, tras mucho pensar, he entendido que el perdón es mi camino. La única forma posible de mantenerme en mi camino y sortear este gran reto que el destino me ha puesto.
Puede que no se lo crea, pero después de muchas horas de meditación, considero que este nuevo rumbo es, además del acertado, el definitivo. No puedo volver a caer en episodios de cólera como los que he vivido. Es más, he llegado a la convicción de que todos ellos actuaron bajo un signo profesional del que estaban convencidos y con arreglo a la más pura de las éticas. Equivocados totalmente, pero sin saltarse la ley y sin ánimo alguno de condenar por condenar.
Se sorprenderá, pero cuando dentro de seis años, como mínimo, tenga el tercer grado en lugar de asesinar a los citados, como en tantas ocasiones imaginé, lo que realmente deseo es sentarme en una cafetería con ellos y debatir, si lo desean, lo que fue aquel juicio.
Pero lo que nunca haré será exigirles perdón, todo lo contrario, seré yo quien les ofrezca mis disculpas por tan terribles pensamientos surgidos de una locura inimaginable que no deseo a nadie. Y por la misma razón, haré lo propio con el asesino o asesina de mi niña, porque ahora sí, estoy convencido de que su acción fue fruto de esa locura, ya que nadie en pleno uso de sus facultades mentales cometería una monstruosidad como esa.
Para terminar le haré una confesión: cuando recupere mi libertad, tengo el firme propósito de desaparecer, nadie volverá a saber de mí, ni tan siquiera Rosario Porto.
Solo tengo una razón para seguir con vida, que no es otra que volver a ser un hombre libre y reunirme con mi niña, nunca antes. De hecho ya tengo pensado el cómo y el dónde, tan solo me falta el cuándo, pero todo llega.
Mi verdadera condena no es la prisión, señor Campos, sino no haberla podido socorrer cuando más me necesitó. Eso es algo que nunca me podré perdonar. Así que, cuando conozcan mi fallecimiento, le ruego que descorche una botella de cava y brinde con los suyos. Solo en ese momento comprenderá que he recuperado mi felicidad. Mi niña me necesita y yo a ella".
5 - Episodios
"El caso Asunta" tiene 6 episodios de 50 minutos y es apta para mayores de 16 años. Según datos oficiales de Netflix, mantiene el primer puesto de la lista de televisión no inglesa por segunda semana consecutiva, con 11,9 millones de visualizaciones.