Marciano vos te vas pero me dejás toda mi adolescencia a flor de piel
Todas esas letras, de todas esas canciones que sabemos todos, que nos acompañaron en las tardes de parque, en los fogones, en los bailes. Y tantas cosas más.
Tenía 15 años la primera vez que vi a Marciano Cantero en vivo y en directo. Estábamos con los hermanos Gonzalo y Fernando Mejías en el subsuelo de la Galería Caracol. Los chicos se presentaban con su dúo y Los Enanitos Verdes llegaban para ayudar a acomodar los cables. Sí, así era, una cosa como de amigos sin conocerse, y los chicos del Pablo Nogués en la primera fila mirando y las chicas no pensábamos en que el día futuro Marciano y Felipe serían los héroes en escenarios lejanos.
Jóvenes todos. Muy jóvenes. Ya usabas tus típicos lentes. Y ahí aparecieron Felipe y vos, de jean y zapatillas. A mover equipos. Quién sabe por qué estaban ahí. Era el rinconcito de las nuevas voces. Esos recuerdos que nunca se olvidan.
Y ahí andábamos adolesciendo como adolescentes, cantando "en aquel cajón está tu foto, llenándose de tierra, hace tanto que no la veo, como a vos, como a vos", esas estrofas que hemos repetido cientos por años, qué digo cientos, miles, millones. Los hermanos mexicanos leen mis textos y los lloran con emojis de tristeza.
Te fuiste sin que la gira pudiera terminar por la tierra que te acogió. Pero yo te vi. Te vi cuando reinauguraron el Teatro Mendoza junto a Felipe Staiti, en abril de 2019, y le dije a mi hijo pequeño en ese momento: "Esta música me acompañó en la vida". Y todos estos días he seguido cantando y lo voy a seguir haciendo, así como dice la letra.
Te fuiste. No te encontré otra vez para recordar estos momentos. Pero me dejaste toda una adolescencia musicalizada. Como otros tantos de tu época. Y me dejaste una herencia para un pibe que a los 16 años supo quién eras y quien serás siempre. Hasta cada recuerdo Marciano. Te despediste en tu tierra, Mendoza. Esa de donde un día saliste para convertirte en grande.